Una de las incidencias más habituales que se producen en el ámbito de la cerrajería es el atasco de las cerraduras. Para evitar, en la medida de lo posible, el atasco de las mismas existe una serie de consejos que contribuirán a reducir el número de atascos. De estar interesado en el tema, lo mejor es seguir leyendo este artículo pues en las siguientes líneas se aportarán algunos inputs al respecto.
Evitar los atascos al cien por cien no es posible pero siguiendo estas pautas es posible retrasar al máximo que llegue ese momento, retrasar por muchos años el momento de tener que llamar a un cerrajero para que nos arregle o cambie la cerradura.
¿Podemos evitar los atascos en las cerraduras?
El primer punto clave a mencionar es que toda cerradura, toda, cualquiera, sea este del tipo que sea, es susceptible de atascarse. Todas las cerraduras son susceptibles de atascarse y las que se utilizan poco aún mucho más.
Así, por ejemplo, será mucho más fácil que se atasque una cerradura de una segunda residencia que se puede tener a la que se acude unas pocas veces al año, que no que se atasque una cerradura de la vivienda principal que está utilizándose a diario.
Lo anterior pudiera parecer contradictorio, pes una lógica primaria pudiera hacernos pensar que a mayor nivel de uso, mayor nivel de desgaste y en consecuencia mayor riesgo de ahorro y que a menor uso, menor nivel de desgaste y menor riesgo de atasco, pero la realidad es bien diferente. La realidad es tan diferente que es justo todo lo contrario: el uso continuado de las cerraduras podrá hacer que las mismas se vayan desgastando obviamente, pero las mantiene activas y con menos riesgo de que se atasquen.
Lubricar las llaves y cerraduras
Existen distintas técnicas, formas y maneras de proteger a las cerraduras contra los atascos. Una de ellas es la utilización de grasas específicas para engrasar las mismas.
El engrasado de cerraduras resulta especialmente útil y necesaria justo en aquel momento en el cual se comprueba que la misma empieza a dar algún síntoma que puede llevar a pensar que está cerca de atascarse.
Obviamente lo anterior no siempre se puede saber, pero si se comprueba que la cerradura no va tan “fina” como habitualmente, quizá es que ha llegado el momento de engrasar tanto la cerradura como las llaves de la misma.
Cabe destacar lo anterior pues del mismo modo que engrasar las cerraduras cuando las mismas dan síntomas de necesitarlo es indispensable, también es importante señalar que un exceso de engrasado tampoco será bueno para la puerta. Así, tan malo puede ser no engrasar nunca la puerta, como engrasar la misma obsesivamente y hacerlo de una forma demasiado recurrente y seguida.
Para engrasar una cerradura no se requiere ni mucho menos tener unos conocimientos nada elevados de cerrajería, ni nada por el estilo. En realidad, para engrasar una cerradura no se requiere de ningún conocimiento ni habilidad especifica.
El proceso de engrasado de una cerradura empieza cogiendo un pincel y untando el mismo con un poco de aceite específico para engrasar puertas. Es importante que se realice una aplicación precisa de ese aceite en las zonas de contacto de la cerradura.
Luego, una vez ya se ha untado el pincel con el aceite y con este se han pincelado las zonas de contacto de la cerradura lo único que quedará por hacer es colocar la llave dentro de la cerradura y hacerla girar unas cuentas veces para el aceite penetre en toda la cerradura y se expanda por todas las zonas donde el mismo deba expandirse, asentarse y actuar.
Hay algunas personas que no les gusta utilizar aceites como método de engrasado por si los mismos ensucian o por otros motivos, para estas personas existen otros productos de engrasado, como por ejemplo algunos aerosoles. Ahora bien, antes de comprar cualquier producto siempre uno debe consultar a un profesional o informarse adecuadamente pues de ser un mal producto y de lo que se trata es proteger la cerradura no conseguir el efecto contrario o dañar la puerta en general.
La técnica del engrasado es una técnica (como todas temporal), es decir, no se trata de engrasar una única vez en la vida y punto. El engrasado de una cerradura debe realizarse siempre que se empiece a notar que la misma no funciona todo lo suave y finamente que debería. Si se pone atención en ello, una cerradura puede durar muchos años, incluso décadas.
El uso de parafina
Otra de las técnicas para mantener en buena forma a las cerraduras es la utilización de parafina. Para utilizar está técnica se requerirá disponer de dos elementos básicos: parafina y agua caliente.
El primer paso es sumergir la llave de la cerradura en un cuento relleno de agua caliente para inmediatamente sacarlo y hacer lo mismo con la llave entonces con la parafina pero sólo en la parte de contacto de la llave y de la cerradura. Dicho de otro modo, no se debe poner parafina a toda la llave, sino a la parte que luego cuando se introduzca en la cerradura mantendrá el contacto con la misma.
Una vez la llave contiene la parafina será el momento de introducir esta llave dentro de la cerradura. En este caso será la cerradura la que hará de gran elemento lubricador del conjunto de la cerradura gracias al muy algo poder de lubricación que tiene la parafina.
A los pocos instantes de haber introducido la llave con parafina en la cerradura podrá comprobarse como existe una mejora inmediata en el buen funcionamiento de la cerradura, al misma volverá a funcionar con suavidad y si existían indicios de atascos lo más seguro es que los mismos desaparezcan, y si no desaparecen quizás entonces sea cuestión de mirar si existen otros problemas en la cerradura pues es muy extraño que después de la aplicación de la parafina la cerradura no recupere su buen funcionamiento normal.
Es más, gracias al alto potencial de lubricado de la parafina, este elemento sirve ya no tan sólo para aplicar medidas preventivas contra el atasco, el mismo es en ocasiones -por sí mismo- capaz de solucionar graves problemas de atascos. Y todo ello gracias al altísimo poder de lubricado de la parafina.
El uso de las minas del lápiz
Un remedio de carácter casero pero que resulta bastante eficaz para los supuestos de atascos poco importantes es el de las minas de lápiz.
Aunque pueda parecer sorprendente las minas de lápiz tienen un buen poder lubricante (en parte por ello tienen ese tacto sedoso y se desplazan suavemente fluyendo cómodamente cuando se escribe sobre un papel) y por ello tienen la capacidad de tratar atascos de cerraduras, pero cabe reiterar que ello es así siempre y cuando los mismos no sean atascos importantes.
La aplicación del sistema es bien sencilla: tan sólo es necesario cualquier un lápiz cualquiera (entendiendo que mejor de punta gruesa y no los más finos de 0’5 mm, especialmente por su resistencia) y debe frotarse el mismo por la llave de la cerradura, concretamente por la parte dentada de la llave.
Una vez que la mina de lápiz de ha aposentado encima de la llave tan sólo será necesario introducir la misma en la cerradura y darle algunas vueltas.
Retirar la cerradura de la puerta
¿Cómo desatascar una cerradura?
La solución de quitar la cerradura sin duda no es una solución nada recomendable para aquellas puertas de acceso a la vivienda ni nada por el estilo ni es utilizada por muchas personas, pero es una forma que algunas personas aplican entendiendo aquello de que “muerto el perro, muerta la rabia”.
Dicho de otro modo, lo anterior, estas personas piensan que de no existir cerradura que se pueda atascar, seguro que no habrá nada que desatascar. Obviamente técnicamente la máxima es cierta, pero los resultados pueden ser nefastos y la inseguridad máxima.
Medida absolutamente desaconsejada, excepto en aquellos supuestos donde lo que se encuentra al otro lado de la importa no importe mucho si está protegido o no y quiera quitarse la cerradura para evitar problemas con la misma.
Remendar la cerradura con un cerrajero
Para muchas personas llamar a un cerrajero es la última opción a la cual recurrir por el coste económico que les supone, pero sin duda es la solución más eficaz y en muchas ocasiones la única realmente posible.
Existen atascos de cerraduras que no pueden ser solucionados por otros medios que no sean mediante la actuación de un cerrajero profesional que ponga solución fácil y rápida al asunto.
Llegado el caso de tener que llamar a un cerrajero es importante primero solicitarle un presupuesto del coste que va a suponer, normalmente si se trata sólo de desatascar la cerradura el importe no suele ser muy elevado. En el caso de una cerradura quizás el cerrajero te recomiende cambiarla pues te pueda salir más rentable hacerlo que no hacerlo. Eso lo deberá decir cada persona según cada caso en particular.